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Tener un hijo es un lujo en Estados Unidos

Tener un hijo es un lujo en Estados Unidos
Fuente: SXC
Pau Farràs | 20/05/2012

Desde la Gran Depresión no se detectaba un índice más bajo de natalidad en los Estados Unidos de América. Hoy, la tasa de nacimientos por cada 1.000 habitantes es de 13'5, lo cual coincide con la época de mayores dificultades económicas. En una encuesta realizada por Baby Center, el 43% de las mujeres jóvenes consultadas declararon que darían a luz si la situación económica fuera más favorable.

Según estimaciones realizadas por el propio Gobierno norteamericano, el coste de criar a un hijo hasta los 18 años asciende a los 230.000 dólares, eso sin incluir los gastos de la universidad. En una realidad cada vez más atacada por el paro, pese a que sus números son mejores que en España, y con una cantidad creciente de madres solteras, las consecuencias económicas de la maternidad echan para atrás a cada vez más mujeres.

En España los datos son muy parecidos: cada vez tenemos menos hijos y los tenemos más tarde. Las dificultades son parecidas a las de las mujeres de Estados Unidos, ya que las bajas por maternidad no son tan largas como en el resto de Europa y también vamos por detrás a la hora de facilitar la conciliación laboral y familiar. el porvenir tampoco parece ser muy halagüeño, ya que la crisis económica ha disminuido los ingresos de las familias y el paro juvenil retrasará la paternidad todavía más. De hecho, ya informamos hace una semana de que España es cada vez peor para tener hijos.

El informe se suma a las encuestas que os presentamos recientemente. Tener hijos ya no supone un estímulo a la felicidad, por ejemplo. Entre los factores mencionados siempre aparece el económico, tanto por el coste directo del mantenimiento de un hijo como por los costes de oportunidad. Los estudios sociológicos indican que los padres valoran cada vez más su carrera profesional, sus espacios de ocio y la libertad para dedicarse a sí mismos el tiempo y el dinero que desean en lugar de regalárselo a unos hijos.

Se trata de un síntoma más de una época donde el individualismo es la filosofía dominante y el instinto maternal se ha apagado en muchas mujeres o se ha relegado en pos de otras prioridades.