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Los cambios en Educación para la Ciudadanía

Pau Farràs | 23/05/2012

La nueva materia que sustituirá a Educación para la Ciudadanía cambiará numerosos contenidos respecto a su antecesora. El equipo del ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, ha proyectado una Educación Cívica y Constitucional que liquida o cambia los contenidos que el partido en el Gobierno, el PP, y la jerarquía eclesial habían criticado en la anterior legislatura.

El resultado es una Educación Cívica y Constitucional que ha levantado tantas críticas como recibió la primitiva Ciudadanía, pero de los sectores opuestos. La nueva asignatura recorta los contenidos que hacen referencia a la igualdad entre hombres y mujeres, prescinde del "diálogo" como forma de "abordar los conflictos de forma no violenta", suprime las referencias a la pluralidad de modelos familiares u orientaciones sexuales y obvia los conflictos sociales y las desigualdades económicas en España y en el mundo.

El ministerio que dirige José Ignacio Wert ha defendido que los cambios que se van a introducir tienden a eliminar aquellos contenidos que se señalaron como favorecedores del "adoctrinamiento" de los alumnos. Lo que no cuadra, sin embargo, es que en una asignatura sobre civismo no se incluyan conflictos y realidades que, sin duda, existen, como son la diversidad religiosa, cultural o de orientación sexual, o bien las desigualdades sociales o por razón de sexo.

Las mujeres cobran menos que los hombres por trabajos equivalentes y realizan más tareas en casa. Los ricos del mundo y de España cada vez són más ricos. En el país y en todo el planeta existen vulneraciones de los derechos humanos y discriminaciones. Obviarlo todo es, en sí mismo, otra forma distinta de "adoctrinamiento": el niño que crece sin conocimiento de tales realidades no puede ser crítico con las estructuras que las sustentan y con quienes de ellas se benefician.

Es una lástima que los partidos y entidades que representan al pueblo español no puedan acordar unos mínimos valores morales y unos principios éticos que quieran trabajarse en clase. Esta falta de acuerdo y este rechazo a los postulados del "otro" retrata la realidad del país. La pena es que los futuros jóvenes y adultos sufrirán las consecuencias de tanto bandazo.