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Propuestas para mejorar la educación (10): la participación de los padres

Propuestas para mejorar la educación (10): la participación de los padres
Fuente: Orientablog
Pau Farràs | 19/06/2012

Uno de los problemas que tiene actualmente la enseñanza es la distancia existente entre las dos instituciones educativas tradicionales: la familia y la escuela. Es tan habitual escuchar a profesores quejarse de la falta de apoyo que reciben de los padres de sus alumnos como corriente es que los padres carguen tintas contra los maestros.

Las razones de las críticas son variadas. Los profesores lamentan la creciente falta de disciplina de los niños y opinan que es culpa de los padres, que los consienten demasiado. Paralelamente, los padres atacan los métodos de los maestros e incluso los desautorizan ante sus hijos. El resultado es que, ante un objetivo común, eso es, que el hijo reciba la mejor de las educaciones, no hay un frente único sino dos bandos que no siempre van a una.

El primer día de clase, las reuniones de padres o una entrevista con el profesor pueden ser oportunidades donde establecer criterios comunes con el maestro. Igualmente, la comunicación mediante la agenda o los medios que acordéis, como internet, puede ayudar a dibujar ante los hijos una imagen de unidad que no le permitirá relajarse o engañar a ninguna de las dos partes.

Y, si de lo que se trata es de involucrarnos en el funcionamiento de la escuela, las asociaciones de padres están abiertas a la participación y agradecerán cualquier tipo de ayuda, por más que, como en toda asociación, exista el riesgo de que haya liderazgos poco edificantes o ambientes poco amables.

Afortunadamente, el sistema tiene vías para cambiar lo que no nos gusta, y muchas pasan por mojarnos. En España, como hemos visto anteriormente, queda mucho por mejorar: menos de un 15% de los padres se involucran en las decisiones escolares, mientras que la cifra ideal ronda el 60%. Poner criterios en común con los profesores, saber de primera mano cómo rinde nuestro hijo, ayudarle a comprender al profesor cómo es en casa, influir en los procesos del centro y presionar para mejorar todo aquello que se pueda, muchas veces, depende de dar un paso más como padres.